lunes, 13 de diciembre de 2010

"La burbuja" de Mario Vargas Llosa

"Emocionado, emocionado... qué más da... emocionado" Así retrata su estado anímico César Vallejo en Poemas humanos. Así quisiera retratar yo mi propio estado anímico, de martes a viernes de esta semana, en la que he comprendido o valorado -entre muchas otras cosas-, el ser de Arequipa, "esa lejana provincia del Perú..." (según Estocolmo): el haber estudiado en el colegio de La Salle y con los profesores que algunas veces fueron los mismos, en Arequipa y en Cochabamba (por los seis años de diferencia en edad y porque los "hermanos" de La Salle eran intercambiables en sus colegios); el haber trabajado juntos en "Radio Panamericana" en la calle Belén (antes de que existiera Panamericana Televisión): él escribía presentaciones de discos para un programa dominical de tres horas y yo escribía los editoriales del noticiero El Panamericano... que por alguna misteriosa razón económico-financiera, Genaro Delgado Parker juzgaba que debía tener un espacio con opinión editorial... y yo producía dos cada día, mañana y tarde, lunes a viernes. Nos encontrábamos en la radio y tomábamos café en la Plaza San Martín. Él "veló sus primeras armas del periodismo" en La Crónica. Yo lo hice primero en El Deber de Arequipa y muy pronto en La Prensa. ¿Vocaciones coincidentes? Quizás, pero en mí no brilló el fulgor de su "burbuja"...Eran los días de "La tía Julia y el escribidor" y Mario me contaba sobre San Marcos y sobre su posibilidad de viajar a Francia. Viajó y lo perdí de vista, por muchos años.Nos reencontramos una tarde en la Gran Vía de Madrid. Yo acababa de leer por tercera vez Pantaleón y las visitadoras y de doblarme de risa con una de las novelas más divertidas y satíricas que he leído en mi vida. Le advertí: los militares peruanos te podrán "perdonar" La ciudad y los perros, pero Pantaleón... no te la perdonarán jamás. Me dijo que lo buscara en Barcelona y así lo hice: quería conocer los detalles de mi deportación y exilio... con su invariable pasión por los perseguidos, los abusos, los atropellos de los dictadores. Pocas veces he sentido tanta emoción como al escuchar, desde Estocolmo, al escritor Per Wastberg, miembro de la Academia Sueca, en su discurso de presentación: "... Mario Vargas Llosa es un baluarte contra los prejuicios, el racismo y el nacionalismo intolerante. Ha luchado por la libertad de expresión y los derechos humanos, más allá de la geografía... Ha encapsulado a la sociedad del siglo XX en una burbuja de imaginación. Y esa burbuja se ha mantenido flotante en el aire durante 50 años y todavía reluce...".
Fuente: Luis Rey de Castro, diario Correo, Lima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario