El más famoso puñetazo de la historia de la literatura se debió a un ataque de celos. El escritor y diplomático Plinio Apuleyo Mendoza ha desvelado en una entrevista en la televisión colombiana un secreto tan bien guardado durante 34 años que parecía destinado a irse a la tumba con sus protagonistas. Lo que impulsó a Mario Vargas Llosa a golpear a Gabriel García Márquez, ambos distinguidos más tarde con el Nobel de Literatura, fue la sospecha de que el colombiano coqueteaba con su esposa. Sospecha que, según el autor de 'Cien años de soledad', carecía de toda base. Pero a veces las apariencias son más verosímiles que la realidad, como bien sabe el creador del realismo mágico.
La historia era conocida, pero no sus causas. A última hora de la tarde del 12 de febrero de 1976, en un cine de Ciudad de México y al término de un pase privado de 'Supervivientes de los Andes', de René Cardona, Vargas Llosa se acercó a García Márquez. Éste se disponía a abrazar a su amigo -hacía meses que no se veían- cuando recibió un derechazo que lo derribó. Así terminó una relación que aún hoy sigue rota.
Ahora se sabe que la amistad que había superado las diferencias políticas e incluso una posible rivalidad literaria no pudo con los celos. Según ha contado Mendoza, que es amigo de ambos pero solo ha hablado del incidente con el colombiano, todo fue fruto de un gran malentendido. Sucedió que Patricia, la esposa de Vargas Llosa, viajó a Barcelona meses antes del incidente para buscar un apartamento, porque la pareja tenía intención de regresar a la Ciudad Condal. Entonces, García Márquez pidió a la agente literaria Carmen Balcells que organizara una fiesta de recibimiento, a la que asistieron varios amigos, entre ellos el editor Carlos Barral. Al término de la misma, todos se tomaron una copa en una famosa discoteca. Alguien contó después al autor de 'Conversación en la Catedral' que había visto a García Márquez y Patricia en ese local, obviando que no estaban solos.
Al día siguiente, el escritor colombiano llevó a Patricia al aeropuerto y se extravió por el camino. La mujer estaba nerviosa porque temía llegar tarde a su vuelo y él le comentó: «Si pierdes el avión, quiere decir que te quedas y hacemos una fiesta esta noche». Parece que Patricia lo entendió como una proposición -García Márquez aseguró a Mendoza que no lo era- y así se lo contó a su marido, en cuyo ánimo ya había prendido la semilla de la desconfianza tras el chisme de la discoteca. La última escena de este drama de amor y literatura tuvo lugar en el cine de México y contiene por todo diálogo una sola frase: «Esto es por lo que le hiciste a Patricia en Barcelona», dijo Vargas Llosa tras el puñetazo. Y no se han vuelto a ver.
La historia era conocida, pero no sus causas. A última hora de la tarde del 12 de febrero de 1976, en un cine de Ciudad de México y al término de un pase privado de 'Supervivientes de los Andes', de René Cardona, Vargas Llosa se acercó a García Márquez. Éste se disponía a abrazar a su amigo -hacía meses que no se veían- cuando recibió un derechazo que lo derribó. Así terminó una relación que aún hoy sigue rota.
Ahora se sabe que la amistad que había superado las diferencias políticas e incluso una posible rivalidad literaria no pudo con los celos. Según ha contado Mendoza, que es amigo de ambos pero solo ha hablado del incidente con el colombiano, todo fue fruto de un gran malentendido. Sucedió que Patricia, la esposa de Vargas Llosa, viajó a Barcelona meses antes del incidente para buscar un apartamento, porque la pareja tenía intención de regresar a la Ciudad Condal. Entonces, García Márquez pidió a la agente literaria Carmen Balcells que organizara una fiesta de recibimiento, a la que asistieron varios amigos, entre ellos el editor Carlos Barral. Al término de la misma, todos se tomaron una copa en una famosa discoteca. Alguien contó después al autor de 'Conversación en la Catedral' que había visto a García Márquez y Patricia en ese local, obviando que no estaban solos.
Al día siguiente, el escritor colombiano llevó a Patricia al aeropuerto y se extravió por el camino. La mujer estaba nerviosa porque temía llegar tarde a su vuelo y él le comentó: «Si pierdes el avión, quiere decir que te quedas y hacemos una fiesta esta noche». Parece que Patricia lo entendió como una proposición -García Márquez aseguró a Mendoza que no lo era- y así se lo contó a su marido, en cuyo ánimo ya había prendido la semilla de la desconfianza tras el chisme de la discoteca. La última escena de este drama de amor y literatura tuvo lugar en el cine de México y contiene por todo diálogo una sola frase: «Esto es por lo que le hiciste a Patricia en Barcelona», dijo Vargas Llosa tras el puñetazo. Y no se han vuelto a ver.
Fuente: www.eldiariomontanes.es
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